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Miguel de Unamuno y Jugo
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Miguel de Unamuno y Jugo

Miguel de Unamuno y Jugo

Artist: Ignacio Zuloaga y Zabaleta (Spanish, 1870-1945)

Date: 1925
Dimensions:
Unframed H 106.4 x W 122.2 cm (H 41 7/8 x W 48 1/8 in.)
Framed H 128 x W 143 x D 4.5 cm (H 50 3/8 x W 56 5/16 x D 1 3/4 in.)
Medium: Oil on canvas
Credit Line: Museum Department Acquisition, 1926.
Place Made:France, Paris
Period: Modern
Culture: Spanish
Not on View
DescriptionIgnacio Zuloaga y Zabaleta (Éibar, Guipúzcoa, 1870 - Madrid, 1945)
Miguel de Unamuno y Jugo, 1925
Oil on canvas / Óleo sobre lienzo, 106.4 × 122.2 cm
Signed, lower left / Firmado abajo a la izquierda. « I. Zuloaga »
New York, The Hispanic Society of America, A1950

PROVENANCE: Ignacio Zuloaga y Zabaleta; acquired by the Hispanic Society, 1926.

In this powerful, yet quiet portrait, Zuloaga presents Miguel de Unamuno y Jugo (1864-1936), one of the most formidable Spanish writers and philosophers at the time. In his writing, he made his private struggle for faith and belief the subject of unflinching literature and essays. Among his most famous works are En torno al casticismo (separate essays in 1895 issued as a book in 1902), Vida de Don Quijote y Sancho (1905), Del sentimiento trágico de la vida (1913), Niebla (1914), and San Manuel Bueno, mártir (1933). The progress of his beliefs is a path with dramatic turns. He began as a conservative Catholic before becoming a Marxist, but he abandoned this as he sought urgently to reclaim a faith in God. Scholars have alternately drawn attention to pantheistic elements and nostalgia for the past glories of Spain in his works. A challenging writer of great erudition, he questioned all ideas, particularly his own.

Unamuno who followed the visual arts keenly, enjoyed a close friendship with the painter Zuloaga and praised his work highly. Where Unamuno had previously expressed reservations about the prospect of Joaquín Sorolla (1863-1923) painting his portrait, he was surely pleased with Zuloaga’s version. In this portrait, Zuloaga finds a visual solution that effectively evokes the austere character of Unamuno’s work. Visually, the muted tones and heavy impasto create an intense, foreboding mood like those found in his writings. Seated at a table with several modern books, Unamuno holds a volume with a parchment binding presumably from the seventeenth or eighteenth century. The range of material suggests the extent of the man’s reading. On the table are also an inkwell and quill pen as well as two origami birds: perhaps a vulture and a stork or heron. Since these birds may be interpreted symbolically with regard to death and resurrection, their presence might allude to one of the central themes in Unamuno’s work. At any rate, their appearance reflects Unamuno’s fascination with origami and curiously José Gutiérrez Solana (1886-1945) includes a different origami bird in his portrait of the man (Madrid, Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, on deposit in the Ministerio de Educación, Cultura y Deporte). Zuloaga’s presentation also varies significantly from Sorolla’s unfinished image where the figure, looking like a distracted scholar, stands with his hand in his pockets and gazes off to the side (Bilbao, Museo de Bellas Artes, inv. 82/14). Perhaps one of the most striking images of Unamuno is the photograph showing him sitting looking off while José María López Mezquita (1883-1954) mixes paint on a palette in front of the portrait in progress. With its profile view and the vista of Salamanca Cathedral, the resulting canvas, today in the Hispanic Society (inv. A3196), has a timeless quality which the photograph belies. The contrast between the photograph and painting points to the challenges in portraying this figure and as such it underscores the success of Zuloaga’s image. PL

Texto en Español:

En este retrato enérgico y a la vez sereno, Zuloaga presenta a Miguel de Unamuno y Jugo (1864-1936), uno de los más extraordinarios escritores y filósofos españoles de su época. Unamuno hizo de su combate personal por la fe el tema de una producción literaria y ensayística insobornable. Algunas de sus obras más famosas son En torno al casticismo (ensayos sueltos en 1895, reunidos en un volumen en 1902), Vida de Don Quijote y Sancho (1905), Del sentimiento trágico de la vida (1913), Niebla (1914), y San Manuel Bueno, mártir (1933). El curso de sus convicciones es una senda con recodos abruptos. Fue católico conservador antes de ser marxista, pero abandonó ese rumbo buscando con urgencia la recuperación de su fe en Dios. Los analistas de su obra han señalado alternativamente elementos panteístas y la nostalgia de las glorias pasadas de España. Escritor polemista y dueño de una gran erudición, puso en cuestión todas las ideas, y en especial las suyas.

Unamuno, que seguía las artes visuales con interés, tuvo amistad con el pintor Zuloaga y tributó elogios a su arte. Así como anteriormente había expresado reservas sobre la perspectiva de que le retratara Joaquín Sorolla (1863-1923), la versión de Zuloaga sin duda le satisfizo. En este retrato Zuloaga encuentra una solución que evoca acertadamente la austeridad de la obra de Unamuno. Visualmente, los tonos apagados y el fuerte empaste crean una atmósfera intensa y cargada, como las de sus escritos. Sentado a una mesa con varios libros modernos, Unamuno sostiene un tomo encuadernado en pergamino, presumiblemente del siglo XVII o XVIII. La variedad del material insinúa la amplitud de sus lecturas. Sobre la mesa descansan también un tintero y una pluma de ganso, así como dos aves en origami, tal vez un buitre y una cigüeña o garza. Puesto que son animales que se podrían interpretar simbólicamente en relación con la muerte y la resurrección, su presencia acaso aluda a uno de los temas centrales en el escritor. En cualquier caso, reflejan la afición de Unamuno a la papiroflexia; es curioso que José Gutiérrez Solana (1886-1945) incluyera otra ave distinta en origami en el retrato que hizo de él (Madrid, Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, depositado en el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte). La presentación de Zuloaga también difiere significativamente de la imagen inacabada de Sorolla, donde la figura, con aire de sabio distraído, aparece con las manos en los bolsillos y mirando a un lado (Bilbao, Museo de Bellas Artes, inv. 82/14). Quizá una de las imágenes más llamativas de Unamuno sea la fotografía que le muestra posando con la mirada desviada mientras José María López Mezquita (1883-1954) mezcla pintura en la paleta delante del retrato en curso. Con su vista de perfil y la silueta de la catedral de Salamanca, el lienzo resultante, hoy en la Hispanic Society (inv. A3196), posee un carácter intemporal que la fotografía desmiente. El contraste entre la fotografía y la pintura apunta a las dificultades de retratar al personaje, y en la misma medida realza el acierto de Zuloaga. PL

BIBLIOGRAPHY:
LAFUENTE FERRARI 1950 Enrique Lafuente Ferrari, La vida y el arte de Ignacio Zuloaga. San Sebastián: Internacional, 1950, p. 240, no. 524
MULLER 1972A Priscilla E. Muller, “Sorolla, Zuloaga and the Spanish Generation of ’98,” Apollo, XCV, 122 (April 1972), pp. 316-17
LENAGHAN ET AL. ( EDS. ) 2000 Patrick Lenaghan, Mitchell A. Codding, Mencía Figueroa Villota, and John O’Neill (eds.), The Hispanic Society of America. Tesoros. New York: The Hispanic Society of America, 2000, pp. 438-39, no. 160
MULLER ( DIR. ) 2000 Priscilla E. Muller, De Goya a Zuloaga. La pintura española de los siglos xix y xx en The Hispanic Society of America [Exh. Cat., Madrid, Sala de Exposiciones BBVA, October–December 2000; Bilbao, Sala de Exposiciones BBVA, December 2000–February 2001; Seville, Hospital de los Venerables, March–May 2001]. [Madrid]: BBVA, 2000, pp. 136-37, no. 49
CODDING ( ED. ) 2017 Mitchell A. Codding (ed.), Tesoros de la Hispanic Society: Visiones del mundo hispánico. Madrid, New York: Museo Nacional del Prado, The Hispanic Society of America, 2017, pp. 414-15, no. 215

Accession Number: A1950